¿Te sientes triste? Consejos para superar la tristeza

La tristeza es una emoción básica y universal. Todos pasamos por momentos en los que nos sentimos apagados, desmotivados o simplemente “mal”. Y aunque solemos verla como algo negativo, en realidad es una señal interna que nos invita a mirar hacia adentro y preguntarnos: ¿qué necesito en este momento?
Desde un punto de vista psicológico, es importante entender que la tristeza no es un problema que tengamos que eliminar, sino una emoción que tenemos que escuchar y que nos indica que algo en nuestra vida merece nuestra atención. A veces buscamos “distraernos” para no sentirnos tristes, pensando que ver una película, salir con alguien o mantenernos ocupados solucionará el malestar. Pero esto solo funciona a corto plazo.
Por ejemplo, imagina que tienes hambre. Puedes ver una película para olvidarte durante un tiempo, pero al terminar, el hambre seguirá ahí. Y probablemente será más intensa. Porque no has atendido la necesidad real: alimentarte.
Con la tristeza ocurre lo mismo. Si no escuchamos lo que nos quiere, el malestar emocional no desaparece, solo se va acumulando.
Consejos para enfrentar la tristeza
- Permítete sentirte triste.
Sentirse mal no significa estar mal. Aceptar la emoción sin juzgarla es el primer paso para comenzar a entenderla. Evitarla o esconderla con distracciones solo pospone el proceso. Pregúntate: ¿qué me está queriendo decir esta tristeza?
- Escucha tus necesidadesMuchas veces, la tristeza surge porque algo importante para nosotros no está siendo atendido. ¿Necesitas descansar? ¿Hablar con alguien? ¿Poner un límite? Darse un momento para identificar lo que verdaderamente necesitamos puede cambiar la situación por completo.
- Conserva una mínima estructura diaria
Cuando estamos tristes, todo cuesta más. Pero mantener pequeñas rutinas (comer bien, moverse un poco, dormir lo suficiente, higiene personal, …) puede sostenernos cuando las emociones nos desbordan.
No se trata de exigirnos, sino de cuidarnos. - Realiza actividades que te resulten placenteras
Aunque al principio cueste, es importante seguir haciendo cosas que te generan bienestar. Cocinar, caminar, escuchar música, bailar o dedicar tiempo a un pasatiempo actúan como reforzadores positivos. Estas actividades no niegan la tristeza, pero ayudan a generar momentos de alivio y conexión contigo mismo
- Relaciónate, sin forzar nada
El aislamiento prolongado suele intensificar la tristeza. Estar en compañía, aunque no hablemos directamente del tema, puede aliviar. Un café, un paseo o simplemente compartir silencio con alguien cercano puede ser reconfortante.
- Busca ayuda profesional
Si sientes que la tristeza se prolonga, se intensifica o afecta a tu día a día, hablar con un profesional puede ayudarte a procesar lo que estás viviendo y encontrar nuevas herramientas para superarlo.
La tristeza no es nuestra enemiga. Es como el hambre emocional: aparece para mostrarnos que algo dentro de nosotros necesita atención. Escucharla no es debilidad, es valentía.
Y atender nuestras emociones, en lugar de ignorarlas, es una de las formas más profundas de autocuidado.
Elena Beato Murcia, es psicóloga clínica en Red Cenit
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