Qué le sucede a tu cuerpo cuando sufres un ataque de pánico

Qué le sucede a tu cuerpo cuando sufres un ataque de pánico

Ataque de pánico

El trastorno de pánico es un trastorno que provoca mucho sufrimiento y malestar, ya que se caracteriza porque la persona experimenta episodios en los que siente una ansiedad intensa.

Afecta a un 2%-3% de la población en países occidentales.

¿Qué le ocurre a tu cuerpo cuando sufres un ataque de pánico?

Un ataque de pánico puede surgir ante cualquier sensación fisiológica, habitualmente desagradable, que la persona no conozca y que no pueda identificar como no peligrosa como: mareo, taquicardia, inestabilidad, despersonalización.

También ante situaciones donde se podría sufrir un ataque de pánico  y sería difícil escapar, recibir ayuda o ser socialmente embarazoso, la persona teme que ocurra una terrible desgracia física o mental como:

  • “Me está dando un ataque al corazón”.
  • “Me voy a ahogar”.
  • “Me voy a desmayar, caer”.
  • “Me voy a volver loco”.

Simultáneamente a estos pensamientos, el sujeto puede notar las siguientes sensaciones fisiológicas:

  • Taquicardia, dolor en el pecho.
  • Dificultad para respirar, sensación de ahogo, hiperventilación.
  • Dolor de estómago, ganas de vomitar, arcadas.
  • Opresión, dolor o pinchazos en el pecho.
  • Tensión muscular, temblores, rigidez, piernas débiles.
  • Mareo, vértigo, inestabilidad.
  • Calor, sofoco, sudor.
  • Escalofríos.
  • Alteraciones de la visión.
  • Sensación de irrealidad.
  • Calambres, temblores.

En estas condiciones, la persona quiere librarse del malestar y su reacción será buscar ayuda y seguridad, ir a urgencias o hablar con médicos, tomar psicofármacos, distraerse, volver a casa o a un sitio seguro o cualquier otra conducta que corte o reduzca la crisis como sentarse, respirar de una cierta manera, lavarse la cara…..

¿Cuándo hablamos de un trastorno de pánico?

La persona puede desarrollar una serie de comportamientos para evitar que le vuelva a suceder como:

  • Evitar situaciones.
  • Evitar emociones como ansiedad, enfado, excitación sexual…
  • Evitar actividades como hacer deporte, sexo, discusiones, ver películas de miedo.
  • Llevar medicación.
  • Evitar quedarse a solas.

Un ataque de pánico es una súbita aparición de una gran cantidad de ansiedad, por lo general alcanza su punto máximo a los 10 minutos y va disminuyendo después de media hora. El sistema de alarma del cuerpo, el cual está conectado para prepararnos físicamente para manejar una emergencia, se activa sin una amenaza real.

Tener un ataque de pánico es una experiencia normal para la mayor parte de la población. Los estudios nos demuestran que, aproximadamente el 20 % de la población general, ha sufrido al menos un ataque de pánico a lo largo de su vida. Por lo tanto, tener un ataque de pánico aislado no es un trastorno psicológico.

Si a partir de esa primera experiencia, los ataques de pánico se repiten con cierta frecuencia y/o hay un miedo claro y persistente a tenerlos, entonces podemos hablar de trastorno de pánico, y ya nos hallamos ante un problema psicológico.

Al coger miedo a sensaciones fisiológicas que son inofensivas, que forman parte de nuestro cuerpo y de nuestro organismo y al hacer conductas de evitación y de escape, no nos exponemos a esa sensación de malestar, no comprobamos que  la ansiedad no es peligrosa y que si nos permitimos experimentarla probablemente pase y no tenga consecuencias.

Una persona que tiene trastorno de pánico está siempre pendiente de cualquier cambio que ocurra en su cuerpo, realizando una interpretación catastrófica. Cuando siento miedo por esos síntomas, me provoco ansiedad, que es una respuesta de miedo, y al yo tener miedo alargo y se incrementan los síntomas físicos de la ansiedad.

Factores de riesgo para sufrir un trastorno de pánico

Las investigaciones han demostrado existen algunos factores  de riesgo que pueden derivar en el desarrollo de un trastorno de pánico:

  • Vulnerabilidad biológica (Mayor reactividad del SNA)
  • Vulnerabilidad psicológica (Malas experiencias propias o vicarias con la salud)
  • Etapa de mayor estrés ambiental: la muerte o una enfermedad grave de un ser querido, un suceso traumático, cambios importantes en la vida como un divorcio, etc.

Debido a que parte de la experiencia de un ataque de pánico es una necesidad intensa de huir, las personas que los han tenido, pueden llegar a  evitar  situaciones en las que sería difícil escapar si se produce un ataque, tales como grandes almacenes, transportes públicos, lugares cerrados, multitudes….  Esta evasión de ir a lugares difíciles de escapar se llama agorafobia.

 Tratamiento de los trastornos del pánico

La terapia cognitivo-conductual es altamente eficaz en el tratamiento del trastorno de pánico con o sin agorafobia.  El tratamiento consiste en la aplicación de las siguientes técnicas:  psicoeducación sobre el trastorno, técnicas para el control de la ansiedad como la respiración diafragmática y la relajación, la reestructuración cognitiva (técnicas de cambio de pensamientos),  exposición a los estímulos temidos (sensaciones internas temidas y actividades o situaciones en que se teme que puedan aparecer dichas sensaciones).

Reyes Martínez Borondo, es psicóloga clínica en Red Cenit


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